20/05/2030
Estimado Juancho,
Me alegró muchísimo recibir tu correo. Me hizo recordar aquellos mágicos años que pasamos en la universidad. Sería un placer reabrir Qué voy a hacer sin TIC. Por mi parte, me uno al proyecto, y con tantísima ilusión, además.
En cuanto a mí, actualmente trabajo en un instituto del planeta Nóicacude. Laura y yo fuimos seleccionados por el Instituto Cervantes para enseñar español aquí al poco de que su civilización entrara en contacto con la nuestra, ya sabes.
Ya que me preguntas cómo me va, bueno, llevo un año en este planeta y debería estar acostumbrado. No obstante, este trabajo no me llena, nunca he llegado a sentirme cómodo, en fin. El sistema es ideal: los profesores colaboran y comparten sus propuestas didácticas, no te miran raro por ser innovador, los alumnos trabajan en grupo, los estudiantes y los docentes se admiran y se respetan, se utilizan las TIC, no hay asignaturas sino proyectos, los alumnos son agrupados por sus necesidades y no por su edad… Una de las cosas que más me han llamado la atención es el desarrollo de la inteligencia emocional. Cada semana los alumnos se dividen en grupos y tienen cinco minutos de escucha ininterrumpida. Los niños pueden decir cómo se sienten, pensar en voz alta sobre sí mismos, lo que hacen, lo que dicen, sus relaciones con los demás…, mientras los compañeros les atienden callados. Creo que todos nos merecemos un desahogo, un momento en el que decir cuanto nos venga a la cabeza mientras nos escuchan, sin temor a ser juzgados. Después proponen soluciones para sus problemas.
La cuestión es que en este planeta, como habrás oído en las noticias, todo está compuesto por antimateria (tiene gracia, los noicacudenos llaman materia a lo que nosotros llamamos antimateria y viceversa). En cuanto llegamos al centro, nos encontramos con una protesta organizada por el AMPA en contra de nosotros. El último profesor que llegó de la Tierra olvidó activar su campo de fuerza y, al tocar a uno de los chicos, ambos quedaron fulminados en una bonita explosión de rayos gamma. Es duro convivir con los alumnos cada día y no poder darle a nadie una palmada en el hombro y decirle "Chico, confío en ti" de vez en cuando. A los padres les digo que he sido entrenado, que he aprendido su lengua y he estudiado su cultura y su sistema educativo, en fin, que soy un profesional, pero no me hacen ni caso. ¿Por qué es tan difícil aceptar que todos somos seres vivos independientemente de la naturaleza de nuestras partículas?
Pero, bueno, basta de hablar del buen Francho. ¿Qué tal se vive en España? ¿Sigues casado, tu mujer no se ha hartado de ti (jaja)? ¿Has alcanzado tus sueños? ¿Sabes algo de Sandra, Ester, Vero y Fran? ¿Querrían recuperar el blog? Echo de menos a mis amigos de la Tierra.
Tuyo,
Fco. Davi
Espectacular, Francho, me quito el sombrero.
ResponderEliminarPor lo visto ayer, sé que te gustan mucho los sombreros como para quitártelo, así que lo considero un gran halago.
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