viernes, 20 de mayo de 2016

Práctica 8: La educación en 2030

PRÁCTICA 8: LA EDUCACIÓN EN 2030

Un edificio oscuro, más bien bajo. Sobre la entrada principal se puede leer: "Centro neurológico educativo", seguido de un emblema que recogía la idea de comunidad y estabilidad. Una enorme sala en la planta subterránea del edificio albergaba todos los dispositivos de conexiones neuronales, gélida a pesar del estío que reinaba en el exterior. Tras el estallido de un gobierno totalitario que controla cada uno de los movimientos de sus ciudadanos, y castiga a los que, según ellos, delinquen con el pensamiento, se establece esta nueva educación.

La primera fase de iniciación comienza a los cuatro años. En esta fase se somete a los niños a unas descargas neuronales, con imágenes de libros, ruidos fuertes, flores y paisajes, todo ello acompañado con fuertes descargas eléctricas. Al cabo de numerosas repeticiones estos conceptos crearán una unión indisoluble, el rechazo al amor y a la naturaleza.

La segunda fase, llamada fase de selección, es la fase de contacto con las conexiones neuronales. Los alumnos permanecen en casa, las aulas están vacías. Ellos permanecen inertes, postrados en una especie de cápsula, la cual les permite conectarse al sistema neuronal del centro educativo. Son meros dispositivos de almacenamiento de información, sin capacidad de crítica y reflexión. Toda la información es previamente seleccionada por el gobierno, y solo este organismo es el que decide qué información debe filtrarse y cuál no. De este modo continúan asistiendo a las clases a través de un multiverso muy selectivo, con el único fin de crear una sociedad controlable. Pues la libertad de pensamiento crea seres ineficientes, según este gobierno. La primera competencia que eliminan es la literatura, pues era muy peligrosa para el fin que pretendían alcanzar. La literatura es pensamiento, es crítica, es reflexión, es historia. Y este gobierno quiere una comunidad dopada, tranquila y efectiva.

La tercera y última fase de esta formación académica culmina con la selección del deber individual. Cada individuo es destinado a un fin de la comunidad. Estos individuos, inmersos en una realidad ficticia donde el no pensamiento impera, realizarán estas funciones sin capacidad de construir opiniones personales, se limitarán a cumplir con su deber establecido para aflorar su comunidad hacia el bien y la estabilidad.

Con esta visión tan suicida del futuro, el gobierno pretende así contener a una sociedad que siendo manipulada intelectualmente, puede serlo a su vez políticamente. NO queremos seres intelectuales, queremos seres tranquilos, ignorantes y felices.

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